Con anterioridad, de 1952 a 1958, se venía disputando el Campeonato de España de balonmano en sala o «a siete», denominación que tenía el Campeonato de Primera División Nacional que disputaba su fase final en eliminatorias. Universidad Católica que fue el subcampeón, realizó buenos fichajes ese año, incorporando al seleccionado paraguayo Hugo Brizuela y trajo de vuelta, al ídolo del equipo cruzado Sebastián Rozental. Colo-Colo también lo hizo, al fichar a Héctor Tapia, Sebastián Rozental y al argentino Fernando Gamboa, en el primer semestre y repatrió al ídolo albo Gabriel Mendoza, en el segundo semestre. Además, este torneo fue el último torneo, del ídolo de Colo-Colo, el argentino Marcelo Espina, ya que se retiró en junio de ese año, para iniciar su carrera como entrenador, precisamente en el equipo colocolino, en el Torneo de Apertura de 2005. Eso sí, en el Torneo de Clausura de ese mismo año, los albos contrataron a su compatriota e ídolo albo Ricardo Dabrowski como entrenador e incorporó a los también trasandinos Darío Cajaravilla, Marcelo Verón, German Real y Adrián «Carucha» Fernández, de los cuales solo rindió el delantero German Real, quien se quedó para el Torneo de Apertura 2005, cuando los albos ya tenían a Marcelo Espina, como el sucesor de Dabrowski como entrenador.
En las campañas del conjunto albo destacaron jugadores como Claudio Bravo, Sebastián Cejas, Cristián Muñoz, Luis Mena, Celso Ayala, Andrés González, David Henríquez, Miguel Riffo, Miguel Aceval, Arturo Sanhueza, Rodrigo Meléndez, Moisés Villarroel, José Luis Jerez, Miguel Caneo, Matías Fernández, Jorge Valdivia, Giovanni Hernández, Gonzalo Fierro, Eduardo Rubio, Gustavo Biscayzacú, Claudio Bieler, Humberto Suazo y Alexis Sánchez. Destacaron en la obtención de ese título, Silvio Fernández, Jaime Riveros, Arturo Sanhueza, Jorge Ormeño, Moisés Villarroel, camiseta neymar brasil Manuel Valencia y Joel Soto. Precisamente en el Torneo de Clausura 2004, Cobreloa logró adjudicarse el título, el octavo en su existencia (el segundo con Nelson Acosta como entrenador) y de paso, su último título nacional. El entrenador artífice de la campaña loína fue Nelson Acosta, que conformó un plantel muy poderoso, con jugadores como Patricio Galaz, Luis Fuentes, Rodrigo Meléndez, Rodrigo Pérez, Fernando Cornejo, Nelson Tapia y el paraguayo Darío Verón entre otros. El subcampeón fue Unión Española (que era dirigida por Fernando Carvallo), que contaba en sus filas, con la experiencia de jugadores como José Luis Sierra, Pedro Reyes, Emerson Pereira, Pedro González, Sebastián Rozental, Dante Poli, Rodrigo Ríos y José María Buljubasich. El equipo albo, contó con un plantel de jerarquía, donde destacaron las figuras de Marcelo Ramírez, Claudio Arbiza, Pedro Reyes, Juan Carlos González, Francisco Rojas, Emerson Pereira, Marco Villaseca, Marcelo Espina, Marcelo Barticciotto, José Luis Sierra, Fernando Vergara, Ivo Basay, Héctor Tapia, Manuel Neira y Sebastián González y dirigidos por el entrenador paraguayo Gustavo Benítez.
En el plantel universitario, destacaron las figuras de Rodrigo Tello, Leonardo Rodríguez, Esteban Valencia, Rafael Olarra, Luis Musrri, Ricardo Rojas, Eduardo Arancibia, Ronald Fuentes, Flavio Maestri, Sergio Vargas y el goleador Pedro González. En aquel torneo, en materia de fichajes, se destacaron los fichajes de Héctor Tapia y del seleccionado paraguayo Daniel Sanabria en Colo-Colo, el uruguayo Máximo Lucas en la Universidad de Chile, sus compatriotas Rodrigo Lemos y Julio Ramírez en Audax Italiano, el argentino Leonardo Mas en Huachipato y los colombianos Carlos Asprilla y Henry Zambrano (para unirse a su compatriota Alex Comas), además del mundialista chileno Pedro Reyes en Deportes La Serena. La introducción de este título honorífico en 1945 fue demasiado tarde para el primer goleador Bert De Cleyn, ya que este jugador ha sido el que más goles ha anotado en la historia de la Primera División belga desde 1895 (377 goles en 395 encuentros entre 1932 y 1954 con el KV Mechelen), aunque ganó el título de máximo goleador una vez.
Además, al tratarse de una división inferior, este primer clasificado, junto al segundo ascienden a la primera división francesa: la Ligue 1. El tercero, cuarto y quinto clasificado pasan a los play-offs de acenso. Las negociaciones de 1988 fueron la primera señal de una división entre los clubes; diez de ellos amenazaron con dejar la liga y formar una «súper liga», aunque al final se les persuadió de no llevar a cabo sus intenciones. El modelo fue una imitación del mexicano de Primera División, a fin de conseguir buenos dividendos económicos, institucionales y deportivos, para los dirigentes de la asociación. Disuelta esta, la Asociación creó el órgano interno denominado Liga Profesional de Fútbol Argentino, a través del cual retomó su conducción. Las sorpresas de los fichajes, las protagonizaron Palestino, que fichó al seleccionado guatemaltéco Dwight Pezzarossi (que terminó siendo el goleador del equipo, en esa misma temporada, siendo traspasado al año siguiente a Santiago Wanderers), Deportes Concepción que fichó a los argentinos Carlos Navarro Montoya y Diego Soñora, aprovechando de que los penquistas, disputaban la Copa Libertadores de América y Rangers, que incorporó al nigeriano Ike Uzoma, quien se convirtió en el primer jugador africano, en jugar en el fútbol chileno.
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